Sorprendente noticia, aunque no mala. El gobierno italiano, más concretamente el ministro de innovación tecnológica, Lucio Stanca, ha anunciado que dentro del plan iniciado en 2003 de ayuda al desarrollo de la sociedad de la información, se va a llevar a cabo un programa con el que se pretende implementar en Bagdad un programa de e-government. El objetivo es conectar 37 oficinas administrativas vía electrónica.
Cualquier iniciativa que ayude a mejorar la situación, es bien recibida, pero seamos un poco críticos y parémonos a observar con detenimiento la situación actual que está viviendo Irak. Aunque la verdad, es que no hay que detenerse mucho para comprender, que un país que está en situación de guerra, su prioridad seguramente no será la de implementar sistemas de gobierno electrónico.
Es un poco irónico preocuparse por conectar electrónicamente centros administrativos, cuando en las calles, día a día, hay lucha armada y la seguridad brilla por su ausencia. Creo, a mi modo de ver, que la inversión que el gobierno italiano va a realizar dentro de su plan de ayuda internacional para la modernización administrativa, podría destinarse a otro tipo de partidas que puedan solventar problemas de primera necesidad.
¿Qué podemos concluir de todo esto? En mi modesta opinión, cualquier plan de desarrollo ha de tener la priorización de objetivos claramente definida y no lanzarse a realizar planes solamente porque es lo que está haciendo todo el mundo o por el mero hecho que mediáticamente tenga repercusión. La rendibilidad de los mismos será superior si se establecen los objetivos a conseguir y en consecuencia establecer una planificación acorde.
Éste, evidentemente, es un ejemplo extremo, pero en cierta medida podríamos extrapolarlo a muchos casos, en los que se olvidan o dejan de lado objetivos prioritarios para el bienestar de la sociedad en su conjunto, por el mero hecho de no quedarse descolgados de un tren que teóricamente no espera a nadie.
Carlos Guadián Orta