Leo el post «por la información al conocimiento» en administracion(es) en red y me sugiere muchas ideas. Es interesante ver la diferenciación que Andrés Font realiza entre sociedad de la información y la del conocimiento:
Para Andrés Font la SI tiene que ver con las infraestructuras y con las condiciones básicas para el acceso de la ciudadanía a las TICs, mientras que la SC hace referencia al uso de esas infraestructuras para generar valor para las organizaciones y para las personas y, sobre todo, para innovar, que es una de las principales aplicaciones del conocimiento
También hacen referencia a un artículo de Itziar Ortega sobre la necesidad del papel del gestor del conocimiento dentro de las organizaciones como nuevo elemento clave para su éxito.
Interesante discusión sobre la diferenciación entre SI y SC. Que una sea accesible sólo con las TIC y que la otra dependa de que se genere una dinámica de red en un principio puede parecer lo más razonable, pero realmente la estructura de red para generar conocimiento tiene que existir previamente para dar sus frutos, es decir, que el hombre pegamento, tiene que ser ya una pieza insertada en la organización. Y será en esta organización cuando se apliquen las TIC la que llegará a la SC.
A mi me gustaría darle mayor alcance y no que sólo se refiera a organizaciones, sino a toda la sociedad en su conjunto, para ello y que lleguemos a tener esos fabulosos superinnovators hace falta que se cambien hábitos educativos y de formación. Se enseñen nuevas skills como la adaptabilidad al medio y sobre todo aprender a gestionar la información. Qué los niños no se aprendan de memoria la lista de los reyes godos y aprendan a utilizar buscadores y gestores de información.
Pero lo que sí que tengo muy claro es que cada vez más tendemos hacia ese tipo de perfil que será necesario para sobrevivir en una sociedad no muy lejana…
Para ver un claro ejemplo de sociedad que ha apostado por una economía de conocimiento podéis acceder a la pre-publicación del documento Finland as a Knowledge Economy: Elements of Success and Lessons Learned realizado por el Word Bank Institute (vía Information Policy) o podéis curiosear entre la información disponible de la conferencia «Towards a Knowledge Society: the nordic experience» en el portal Europe’s Information Society.
Y nosotros preocupándonos por si la religión ha de ser asignatura obligatoria y contabilizar en el expediente académico. Creo sinceramente y respetando las creencias personales de cada persona, que si desean una educación religiosa son las organizaciones religiosas las que deben de proporcionarlas, ya que la enseñanza pública, y aquí englobo a toda aquella que se sustenta con dinero público, tendría que centrarse en ofrecer a los alumnos las capacidades suficientes para que puedan desenvolverse sin problemas en una nueva sociedad del conocimiento. Estoy por lo tanto totalmente de acuerdo con Martinez Soler (recomendado en las ideas) y su post «¿Por qué no separamos, un poco más, a la Iglesia del Estado? Que cada palo aguante su vela«. Como bien dijo una vez alguien que imagino los partidarios de la religión católica en las aulas conocerán bien, «Pues lo del César devolvédselo al César, y lo de Dios a Dios» (Mateo 22)
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Alfonso permíteme que intente exponerte mi punto de vista. Respecto a que la religión es una pesada losa podemos ver que una ética mucho más estricta que la de otra persona que no tenga las mismas creencias puede inhibir la investigación o la utilización de la ciencia. Por lo que hace referencia a quitar la religión de las aulas te puedo dar dos razones. La primera somos un estado confesional y por lo tanto tal y como tú dices o para todos o para ninguno ¿Por qué no dar también clases de religión musulmana, tibetana, a todas y cada una de las variantes del cristianismo que existen y todas las demás? Por esto me refería a que cada credo debe sustentar su propia difusión.
Y por que pueda mejorar el sistema educativo público. Pues si no hay que destinar recursos a esa determinada materia, se podrán destinar a otras partidas, creo yo, más necesarias.
Mezclas también el ámbito de las creencias, como bien has dicho, con el ámbito de la cultura, del asociacionismo, solidaridad, etc. Cosas totalmente diferentes y que no impide que los católicos cooperen, vayan al cine y al teatro, lean, etc de la misma manera que los creyentes de otros credos.
Y por último, el no intervencionismo del estado que defiendes es totalmente ineficaz para reducir desigualdades, tiene que tratar sobre todo en redistribuir. Y si fuera intervencionista entraría en la educación privada,pero en este caso sólo lo hace con la que le corresponde…
Saludos y contento por tu correcta exposición de razones. Se que cada uno defiende sus posiciones y que en determinados temas el acercamiento es difícil. Pero da gusto ver una discusión correcta…
Estimados Carlos y Alberto. La religión pertenece al ámbito de las creencias. Tan inútil es intentar utilizar la ciencia para demostrar que Dios existe como para demostrar que no. Por tanto decir que «La religión es una pesada losa para acceder a la sociedad del conocimento» es mezclar churras con merinas. No es una actitud progresista, sino del pasado. En lugar de despreciar al ateo, se desprecia al religioso.
Igualmente, no creo que la muy baja calidad de la enseñanza se arregle quitando la religión. Lo que hay que cambiar es cómo se enseña cada una de las otras asignaturas. Pero igualmente el debate de la religión es distinto.
Finalmente, como católico estoy dispuesto a que la Iglesia sea sufragada por los fieles. Pero si se da ese paso, el estado debería dejar de sufragar todo tipo de actividad relacionada con el patrimonio histórico, la cultura, la cooperación o la caridad. Por ejemplo:
– los museos
– música, cine o teatro
– ong’s
– cooperación internacional
– todo tipo de asociaciones vecinales, sindicales…
¿Por qué tiene más derecho a recibir dinero una asociación de vecinos que una parroquia del mismo barrio? ¿un museo o teatro de ópera que una catedral? ¿o una ong que una orden de misioneros? ¿Porque unos no rezan y otros sí? Eso sí que es discriminación irracional. Así que o todos o ninguno. Personalmente pienso que mejor nos iría con un estado al 60% del tamaño actual y que fuéramos los ciudadanos los que decidiéramos dónde están nuestras simpatías.
Salud Alberto…z
Acabo de leer que en Kansas, los integristas religiosos, con el apoyo de Bush, han conseguido imponer la visión creacionista en la educación. Esto quiere decir que si en un examen defiendes la visión de Darwin, es decir, la de toda la ciencia moderna, suspendes. En estas ocasiones, un titular como el de tu blog me pone en pie de guerra. La religión es una pesada losa para acceder a la sociedad del conocimento. Sin medias tintas. Y junto con la religión, me gustaría apartar todas las otras supersticiones. Salud.
Amén.
Hace muchos años pasé un verano en Eire. Entonces (no sé si segirán así o no) el Estado de la muy católica Irlanda no contribuía al sostenimiento de la Iglesia. Se ocupaban de ello los fieles. Eso es lo que esperábamos algunos que ocurriera en este país con la llegada de la democracia.