Aunque si lo pensamos bien, ciertos atentados contra la privacidad de cada uno dependerán en gran medida de hasta donde seamos capaces de confiar y que escala de valores nos hayan inculcado. En España desde hace muchos años tenemos un número que nos identifica inequívocamente, que mediante un documento nos sirve para acreditarnos en cualquier lugar. Y normalmente, vemos más ventajas que desventajas. ¿Por qué entonces en países anglosajones hay tanta reticencia a su implementación? Cuestión de educación y sobre todo de cultura.
¿Pero hasta donde tenemos que extender el límite de la permisividad? Sí que es cierto que en deteminado tipo de documentos podemos ver ciertas ventajas y comodidades, pero si lo pensamos un poco más detenidamente, accesos indebidos pueden invadir nuestra esfera privada. Lo que si que tengo claro es que será un tema que poco a poco se tendrá que ir conformando mediante participación pero sobre todo con confianza.
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Lo que pasa es que hay algunos que claman sobre el iusnaturalismo de la libertad individual, mientras nos intentan convencer de las bondades de las «necesarias» medidas de «seguridad», Patriot Act incluida.
Otra gran contradicción reside, Carlos, en que esos mismos ¿libreales?- que abominan del Estado- no tienen ningún tipo de pudor a la hora de apoyar la construcción y reforzamiento de Estados policiacos…