Una buena práctica para empezar y otra mala para denunciar

Una buena práctica para empezar y otra mala para denunciar

Hace un par de días me encontré con dos situaciones que me han hecho reflexionar sobre el uso de la tecnología y el impacto que tiene en nuestra vida diaria.

La primera situación es positiva en todos los sentidos. De camino al metro para ir a la oficina me he cruzado con un chico que estaba utilizando un teléfono móvil pero en modo de videoconferencia y comunicándose con el leguaje de signos. Encontrarte con una realidad de este tipo te hace ver claramente que algo que estaba al alcance de todo el mundo, no lo estaba realmente. Había un colectivo muy grande que no podían utilizar dispositivos de comunicación a distancia basados en audio. Ahora con las facilidades que ofrece la 3G o UMTS con servicios de videoconferencia, o sencillamente por Internet las últimas versiones de msn, skype… también ofrecen la posibilidad de comunicarse visualmente. Para aplaudir…

La segunda ya no es tan positiva y realmente me he dado cuenta que las tecnologías también pueden usarse erroneamente. Imaginaros la sensación que tuve cuando llego a la estación de metro y al acercarme a los tornos veo que hay una cola de unas 20 personas para poder comprar su billete. Lo primero que piensas es que ha coincidido mucha gente, ya que hasta entonces no había visto tanta gente esperando. La verdad, es que tiene que coincidir mucha para que se formen esas colas puesto que hay una taquilla y tres máquinas expendedoras automáticas de billetes. Pero la sorpresa y la justificación de esa cola biene ahora. Bien, de las tres máquina había dos fuera de servicio y la taquilla tal cual desde hace no sé cuantos días o semanas luce un flamante cartel de «venta de billetes, máquinas automáticas», a pesar de encontrarse en su interior uno o dos trabajadores de Transportes Metropolitanos de Barcelona. Para más INRI en el exterior de la misma, contemplando pasivamente con unos petos distintivos rojos, dos empleados más en posición de brazos cruzados.

¿Encontráis lógica la situación? Yo desde luego no. No sería lo más correcto que esas personas en vez de estar admirando cómo la gente tiene que perder su tiempo haciendo cola estuvieran atendiendo a esos usuarios, no sería lo lógico que la taquilla estuviera abierta vendiendo billetes. Puede que si, pero en este caso, TMB ha aplicado la tecnología para facilitar su trabajo, al menos sus empleados la utilizan para su beneficio. Han implementado un sistema de autoservicio y la atención personal aunque se podría seguir ofreciendo no se hace. Vamos que una tomadura de pelo…

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Un comentario en «Una buena práctica para empezar y otra mala para denunciar»

  1. Sin duda muy positivo lo primero que cuentas.
    Me habia tocado verlo en un telecentro de Talca en Chile mediante MSN.
    Seria interesante que aquellos servicios que solo son «fáciles» de alcanzar mediante telefono, pudieran contemplar las discapacidades auditivas implementando servicios de teleconferencia, ademas del obvio servicio via web.

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