Una de las cosas que permite la red es que cada uno puede mostrarse como quiere ser, librándose de ataduras y de moldes predefinidos por el día a día. Podemos cambiar de sexo, de actitud, de físico, de nombre. Podemos comportarnos de una manera totalmente diferente a lo que hacemos habitualmente. Y en base a esto podemos hacer muchas más cosas de las que hacemos en la vida fuera de la red.
Estos desdoblamientos de personalidad, estos nuevos habitantes del ciberespacio comparten espacio virtual con los que si se incorporan a lo virtual haciendo de esta parte un complemento de si mismos. Se crean por tanto dos espacios que se conjugan y que al mismo tiempo se complementan.
Los problemas empiezan cuando estos desdoblamientos de personalidad se realizan con objeto de engaño. Ya sea con una personalidad inventada o suplatando una «real»
Hay toda una serie de delitos que se nutren precisamente de la facilidad que hay en la red para crear una persona desde cero y de la facilidad para suplantar una identidad real. Evidentemente lo primero está al alcance de todo el mundo, mientras que lo segundo es ya algo más complicado.
Con objeto de hacer la red más segura se ponen en marcha proyectos que pretenden esta finalidad. La puesta en marcha del e-DNI con firma electrónica es un paso hacia delante. La evolución de los medios de seguridad en el pago electrónico, en la tramitación con la administración pública son otras muestras que la seguridad es importante en la red.
Phising, virus, fraude on-line, ataques dirigidos… El objetivo es evitarlos y combatirlos. Para ello el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo ha puesto en marcha la plataforma www.nomasfraude.es . En el sitio, presentado hoy, puede encontrarse información, soluciones, zona de colaboración…
Ahora sólo hace falta que la campaña de difusión sea buena y que cuando se haga una búsqueda en Google como «fraude on-line» la página salga la primera o de las primeras. Aunque también podrían comprar un ad-sense como la OCU y anunciarse.
Hablando de identidad. Otro tema importante es dotar de herramientas para detectar a personas que utilizan identidades robadas, identidades digitales de otras personas. Es decir, los que se hacen pasar por alguien que en realidad no son, pero que esta otra identidad si existe en realidad. Una forma de deletarlos es tener cada uno una fuerte identidad digital, con unos principios y una integridad que consigan delatar a cualquiera que por lo que see utilice su identidad.
Bien visto, Carlos. Internet es una nueva oportunidad del mito de la ciudad. Los que emigraron a la ciudad no sólo tenían en la cabeza encontrar una mejora económica, sino formar parte de una multitud. En una multitud el control social se diluye y deja espacios para que uno sea quien quiere ser, cosa que es imposible en un pueblo pequeño. Ése ha sido uno de los mitos fundacionales de la emigración del campo a la ciudad. Por supuesto, la realidad ha sido menos amable y ha confinado a buena parte de los emigrantes en suburbios donde han descubierto que uno no puede ser quien quiere ser cuando no tiene poder de consumir, y que la libertad de elegir deja el vacío de perder la identidad y las raíces.
Ahora internet proporciona esa misma oportunidad, aparentemente con menos riesgos, «en virtual». Pero, los riesgos son los mismos. Compensa seguir siendo el mismo de antes. Como decía REM, «stay in the place where you live!».