Uno de los principales riesgos de todo proyecto de Administración Electrónica es la carencia de una definición precisa sobre los objetivos que se buscan. Lo primero que debe hacer una Administración, antes de aprobar presupuestos para este tipo de iniciativas, es responder a la pregunta de PARA QUÉ se quiere la e-Administración. ¿Qué objetivos de política pública suelen buscarse a través del mismo? Algunos de los objetivos más perseguidos son:
- Mejorar la rapidez y calidad de los servicios públicos al ciudadano: Las razones de la lentitud de la Administración son muchas, una de las más recurrentes es el exceso de papeleos. Si bien la mera incorporación de tecnologías no es suficiente para cambiar esta realidad, sí se ha demostrado que es un elemento necesario.
- Generar ahorros y mayor eficiencia: Este es uno de los objetivos más buscados, pero la e-Administración no debe ser presentado sólo como una estrategia para reducir costos ya que no significan ahorros inmediatos.
- Masificación de Internet: es decir, preparar a los países para la sociedad de la información.
- Acortamiento de brecha digital: Esta brecha, que da cuenta de la desigual distribución de las oportunidades de acceso y uso de las TICs entre y dentro de los países, puede y debe ser superada por una acción decidida del Estado por crear contenidos, puntos de acceso y capacitación de los ciudadanos en Internet.
- Mayor participación ciudadana: Desde la capacidad de dar acceso a toda la información pública, hasta la posibilidad de participar en discusiones sobre nuevas políticas públicas, Internet permite insospechadas formas en que el ciudadano medio puede romper el aislamiento frente a la política y el Estado y volver a participar en los asuntos públicos que le interesan.
Así expuesto todo parece muy bonito, pero no deja de ser una relación de objetivos bastante abstractos, genéricos e indeterminados, ¿podemos especificar un poco más?
¿Administración Electrónica? Especifiquemos http://t.co/6WDyQPQ vía @carlosguadian
Este comentario fue originalmente publicado en Twitter
@Crandell yo excluiría alguno de los objetivos que has marcado como la masificación de Internet, la reducción de la brecha digital o el incremento de la participación. Los incluiría en objetivos de algo que creo que es más amplio y que podríamos denominar como e-governance o gobernación electrónica.
Creo que el principal objetivo tiene que ser la simplificación de los trámites con lo que ya se gana bastante en otros ámbitos como los costes de tiempo tanto de los ciudadanos como de los propios empleados de la administración. A esta simplificación se tendría que añadir la «facilitación» de los trámites por parte de la AAPP, tal y como por ejemplo dices en tu post anterior, no pedir más información de la necesaria y por supuesto no pedir aquella que ya tiene.
@Carlos Guadian,
Estoy de acuerdo contigo, el concepto de e-governance es más amplio y engloba al de eAdministración. Pero lo que quiero poner de manifiesto es que aunque en líneas generales sabemos qué debemos esperar de la eAdministración, a la hora de ponernos manos a la obra los objetivos son más difíciles de definir.
@Crandell, Cierto, lo realmente difícil es bajar y poner los pies en la tierra. Es decir, materializarlo en acciones concretas, identificables y a poder ser exportables de un sitio a otro. Por un lado podemos jugar con bancos de buenas prácticas, sería interesante poder contar con similares de «malas prácticas» y por supuesto ver la especificación de cada organización. Por que aunque tengan todas un marco normativo en el que se tienen que mover son muchos los condicionantes que pueden invalidar determinadas acciones que en otro sitio funcionen a la perfección.