¡¡¡Feliz puto año de mierda 2011!!!

Esta mañana he recibido un mensaje directo desde Twitter en el que alguien me decía que se echa en falta la columna de Crandell. Mi ego se ha engrosado mucho más que mi epidídimo aquella vez que cogí la infección de orina tan grande y que a pesar del insoportable dolor me hizo sentirme orgulloso del tamaño de mis testículos, aunque acabé en un quirófano y cuyas consecuencias aun sigo padeciendo… (perdón, ya me he puesto de nuevo a divagar).

El caso es que el mensaje ha removido algo dentro de mi y me ha llevado a redactar lo que estáis leyendo. Y es que supongo que debo una explicación por mi ausencia a mi legión de seguidores.

Pero antes quiero confesar que para mi fue una sorpresa el que el escribir en este blog mis estúpidos textos sin pretensiones podría tener los efectos que se derivaron, como el hecho de que alguno de mis post se encuentre recurrentemente entre los más leídos, o que otros hayan estado en los sitios más altos de las webs en que se votan lo que se publica en Internet… Pero otra vez me estoy saliendo por la tangente, corto el rollo y voy a dar las explicaciones de mi ausencia.

Son muchos los motivos de mi desaparición hace aproximadamente medio año: el trabajo “normal” (en la Administración), el de por las tardes (docencia universitaria), el de por las noches (no me refiero al sexo, sino a ayudar a mi mujer en su empresa de informática), mis propios estudios, el deporte, la música (pobre guitarra mía casi abandonada) y la familia, junto con algunas horas que dedico al sueño, me dejan poco tiempo libre. Sin embargo no han sido estos los principales motivos, lo que de verdad me frenaba, y me frena, a la hora de escribir es lo que me está pasando en el trabajo que me cabrea enormemente y me entristece, pero no me deprime sino que me da más fuerzas para luchar hasta el final.

Además, tampoco quiero convertir esta tribuna que Carlos Guadián me ofrece en un sitio desde el que denunciar mi situación y publicar mis miserias (aunque más bien debería decir las de los miserables que pisotean sin compasión).

Me gustaría mucho, pero no puedo dar detalles de lo que ocurre porque alguno de los que intenta pisotearme es asiduo de este blog, de hecho creo que ya he escrito demasiado, pero sí puedo decir que todas las críticas ácidas que he vertido a lo largo de mis post se confirman con lo que me está ocurriendo: la corrupción en la administración a todos los niveles, el nepotismo, el mangoneo… el pasotismo de los sindicatos y su connivencia con los que mandan…

En fin, que el año que empieza sigue siendo tan malo y despreciable como el que recién acabó. Y no me refiero sólo a mi situación, sino a la situación del país entero. Pero como deseo lo mejor para todos me gustaría felicitaros un poco tardíamente el año, aunque dadas las circunstancias sólo puedo hacerlo de una manera.

¡¡¡Feliz puto año de mierda 2011!!!