Mi reflexión para la jornada de reflexión

He estado callado durante varíos días. No actualizo el blog por diversas cuestiones. Pero, una de ellas, es que para mi hoy no es la jornada de reflexión. Yo ya estoy en ese periodo de reflexión desde hace varios días. Y la causa es todo lo que está sucediendo con las acampadas que se están produciendo en tantas y tantas plazas de ciudades españolas de ciudadanos indignados.

Estoy emocionado porque por fin la gente se ha echado a la calle para reclamar cambios y sobre todo poder tener una participación más activa en la arena política. Me alegra ver que ha llegado el momento en que algo ha hecho reaccionar a la ciudadanía, al menos una parte de ella, y dejar de lado al holgazán político.

Pero te sientas o no miembro de esa comunidad, no pierdas oportunidad y ve a votar, porque en tu mano está el futuro de todos nosotros… Y si no lo haces, como mínimo no seas ese holgazán político y participa de alguna manera, que seguro que puedes.

La desafección, que no es algo que nos afecte únicamente a nosotros, viene de lejos. En el 2007 ya habían ejemplos muy claros de ello, incluso habían votantes que vendían su voto por internet.

El sistema asambleario y de acuerdos por el que se están rigiendo las protestas me recuerda a Essembly, una plataforma que se puso en marcha en 2006 y que estoy seguro a más de uno le gustaría un sistema parecido para la reforma del sistema que proponen:

Essembly. Al menos ha sido la idea que impulsó Joe Green que habiendo conocido a Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook.com y teniendo a sus espaldas el haber participado en la campaña presidencial de Kerry decidió poner en marcha Essembly.

Essembly es la primera red social, no partidaria de carácter político. Es una red que se basa en la afinidad por perfil político, que se va definiendo a base de realizar discusiones, pero sobre todo con la aceptación o no de afirmaciones que realizan los otros miembros. Se puede entrar en discusión sobre cualquier tópico propuesto por otro, o por los propuestos por uno mismo.

Hace tan sólo dos meses en una entrevista que me hicieron para Tapas&Tweets me preguntaron si las redes podrían llegar cambiar la forma de hacer política en España y toda mi respuesta fue que en ese momento no. Pero parece que me estaba equivocando. Pero ya señalaba las dos causas que son parte de las principales reivindicaciones de las protestas que se están produciendo:

2. ¿Piensas que en España las redes pueden llegar a cambiar la forma de hacer política?

Actualmente no.

3. ¿Cuáles consideras que serían las claves para que esto sucediese?

Por una sencilla razón. La manera de hacer política viene determinada por la legislación existente. El sistema de partidos y el electoral marcan las pautas. Hasta que no llegue el momento en que el uso político de Internet sea masivo y los propios partidos sean conscientes que necesitan nuevas maneras de gestión internas, no se producirán las condiciones necesarias para que se cambie la manera de hacer política. Pero todo llega…

Lo que es indiscutible es que las plataformas ciudadanas se están convirtiendo en verdaderos lobbies de la política. Ya empezaron a configurarse así en 2006 y a materializarse algunas de ellas en partidos políticos siguiendo el ejemplo del Partido Pirata sueco y estadounidense. No podemos olvidar que parte de los promotores de lo que está sucediendo son los que por aquel entonces ya se implicaron y promovieron plataformas como «todos contra el canon» que hoy en día han derivado en movimientos como #nolesvotes.

Ese mismo año (2006) se publicó un artículo de Joshua Porter “Shouldn’t the Wisdom of Crowds lead to better politicians?” sobre el que hice una reflexión hablando de la sabiduría de las multitudes y la acción política:

Joshua Porter cita las tres condiciones para que la “sabiduría de las multitudes” se produzca: Diversidad, Independencia y Descentralización.

El hecho que el ejercicio del voto se puede considerar como un proceso de decisión agregada, no se produce por el sistema político representativo que tenemos. Las opciones se restringen a lo que nos marcan las formaciones políticas, carecemos de independencia en cuanto a expresar nuestras propias ideas ya que tenemos que hacerlo votando a aquellos que más se acercan a nuestras propias ideas y por último no formamos redes descentralizadas y distribuidas dónde el conocimiento tácito lo tiene aquel que más cerca se encuentra de dónde se produce. Por todo esto la “sabiduría de la multitud” no nos da los mejores políticos, por que no son el resultado de una decisión colectiva.

Puede que aquí es dónde veamos una razón para la crisis del actual sistema político, en el que la participación de la ciudadanía es realmente baja, en el que la desafección cada día es más imperante y la opinión sobre la clase política es realmente pobre. Esto no quita que tengamos políticos que si que representen una buena opción pero desde luego aún les queda mucho para ser el fruto de una decisión realmente popular y democrática.

Por otro lado la emergencia de redes de carácter descentralizado está favoreciendo la creación de una nueva manera de hacer las cosas. Ahora falta que las organizaciones políticas sepan utilizarlo adecuadamente.

Después de cuatro años vemos que las organizaciones políticas no han sabido aprovechar esa oportunidad. Y ahora se encuentran con una marea de indignados.

Yo estoy comprometido con un proyecto político desde hace años y a ellos les daré mi voto mañana. Pero considero que todo lo que está sucediendo es un toque de atención al sistema de partidos que tenemos.

Un toque de atención muy serio que tiene y debe provocar cambios en la manera de hacer las cosas. Siempre he reclamado la falta de una ciudadanía de implicación y lo que no puede ser ahora, es que cuando se da esa implicación los partidos no reaccionen y no escuchen lo que está ocurriendo.

Todo lo que ha sucedido estos últimos días nos tiene que hacer reflexionar. Cada cual, que mañana actúe en conciencia.