Artículo publicado originalmente en Sesión de Control.
Se denomina homofilia (literalmente, «amor a los iguales») a la tendencia de las personas de relacionarse con personas que se parecen a ellas (vía Wikipedia).
La homofilia es una característica de determinados tipos de redes. Y lo que conocemos habitualmente como «redes sociales» (Twitter, Facebook…) se configuran bajo esta premisa. La homofilia es un elemento que facilita la identificación de comunidades, ya que los usuarios tienden a relacionarse más con aquellos usuarios que comparten ciertos intereses.
Un usuario puede formar parte de diversas subcomunidades y, de hecho, habitualmente es así. Normalmente son varios los intereses que uno refleja en sus comunidades: arte, deporte, música, literatura, diseño, programación, política… Tendrá más importancia aquel interés que esté más desarrollado, aquel al que se le dedique más tiempo. Y la diversidad de subcomunidades, es decir, la variedad y tipología de los usuarios con los que nos relacionamos condicionan la capacidad de recibir o de hacer llegar información variada.
Centrarnos única y exclusivamente en un tipo de usuario/interés llevado al extremo puede llegar a provocar pandillerismo en lugar de conversación. Pero es algo que podemos detectar continuamente en las conversaciones sobre política en redes como Twitter. Por ejemplo en el análisis de los RT’s del #1demayo podemos ver claramente tres subcomunidades: usuarios anti-#1demayo, usuarios pro-#15M y usuarios reivindicativos del #1demayo.
Los políticos con los políticos
Pero no es sólo en la conversación general donde se produce esta segmentación en la conversación y en las relaciones entre usuarios, este comportamiento se manifiesta sobre todo en aquellos ámbitos más politizados. Por ejemplo, en el Congreso de los Diputados. La relación en Twitter de sus miembros, en algunos casos, es exclusivamente con otros miembros de su partido.
Y las campañas electorales no son algo alejado de esta realidad. El análisis realizado de la topología de la comunidad de Twitter en España así lo pone de manifiesto. Incluso los otros políticos (las parodias), tienen un comportamiento similar y se agrupan tanto por similitud de personajes o proximidad geográfica.
Este comportamiento se ve acentuado por los sistemas de recomendación de usuarios. Éstos son elegidos principalmente por el número de conexiones comunes. Dentro de la lógica de que si un usuario tiene dos amigos, y estos conocen a un tercero, posiblemente él también esté interesado en conocerlo.
Esta situación genera más problemas que beneficios en política. Las comunidades densamente entrelazadas actúan como cajas de resonancia de las que difícilmente puede salir un mensaje. Pero tampoco facilitan demasiado que la información externa llegue desde el exterior. La clave está en los enlaces débiles, aquellos que proporcionarán la posibilidad de que la información, la conversación, pueda fluir bidireccionalmente entre comunidades.
Una herramienta útil para cualquier usuario, político o partido político que quiera comprobar cómo está su comunidad compartida con otro usuario es FollowerWonk. Mediante diagramas de Venn permite visualizar cómo son de concurrentes las comunidades de Twitter de hasta tres usuarios. Cuanto más superficie tengan compartida, más usuarios en común.
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Buen artículo como siempre de @carlosguadian: Homofilia, redes sociales y política http://t.co/4EUVWsQuFB
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